#Tenis El US Open de tenis se encamina a la cancelación, lo que ni siquiera pudieron las Guerras Mundiales.
(Por La Nación)
Nueva York, la ciudad que cobija el Abierto de los Estados Unidos, es una de las más golpeadas mundialmente por el brote de coronavirus y es altamente probable que la realización del tercer Grand Slam del calendario, programado del 31 de agosto al 13 de septiembre próximos, quede cancelado. Varios estadios y pabellones del Billie Jean King National Tennis Center, el complejo donde se juega el torneo, actualmente están ocupados con camas para los infectados por Covid-19 o mesas para la preparación y la distribución de alimentos. Sería la primera suspensión de la historia del torneo, que hasta se jugó durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
"Es altamente improbable que el torneo se juegue a puertas cerradas", aseveró el CEO de la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA; sus siglas en inglés), Mike Dowse. El dirigente afirmó que eso no coincidiría con la esencia del certamen, todo un espectáculo masivo que, además, ostenta el estadio de tenis más grande del mundo: el Arthur Ashe, con capacidad para 23.771 espectadores. Esa declaración de Dowse aventura, de cierta manera, que, al igual que Wimbledon, Flushing Meadows pasará para 2021.
"Todo está sobre la mesa para la discusión", añadió la autoridad de la USTA y anunció que siguen monitoreando la situación sanitaria y que tomarán una decisión antes de junio. El US Open, a diferencia de Wimbledon, no cuenta con seguro contra pandemias y el parate representaría un gran golpe económico. Es verdad que la USTA es una entidad "rica", pero el US Open es el motor, el que genera millones que luego se destinan en el desarrollo e infraestructura.
La USTA reducirá los salarios de sus altos ejecutivos en un 20 por ciento durante el resto de 2020 y proporcionará una "asistencia de emergencia" por un total de aproximadamente US$ 15 millones para las instalaciones de tenis estadounidenses, profesores y organizaciones.
El Abierto de Australia, que debió lidiar contra el humo provocado por los severos incendios forestales del país, finalmente se jugó. Con Wimbledon cancelado y el US Open encaminándose a lo mismo, sólo queda en pie el Abierto de Francia que, en forma unilateral, decidió cambiar su fecha para el 20 de septiembre. Claro que todo dependerá de las decisiones sanitarias y la mayoría de los protagonistas del tenis creen que no habrá acción hasta 2021.
Por lo pronto, la ATP, la WTA y la Federación Internacional de Tenis cancelaron la actividad hasta el 13 de julio. En los últimos días quedó suspendido el primer evento grande sobre superficie dura de la gira norteamericana: el torneo de Montreal, de categoría Premier 5, previsto del 10 al 16 de agosto, como consecuencia de las medidas impuestas por el gobierno de Quebec a causa del brote de coronavirus. Las autoridades decidieron prohibir cualquier evento deportivo hasta, al menos, el 31 de agosto, período que también incluye la versión masculina, el Masters 1000, que esta temporada está programado para disputarse en Toronto.
Estados Unidos se encuentra en el puesto 1 de países con mayor cantidad de infectados: más de 640.000 y 31.000 fallecidos.