#Atletismo Santiago Soto, fue el corredor riograndense que mas cerca estuvo de subirse al podio de la Patagonia Run.
(Por El Sureño)
Con su cuarto puesto en la categoría de 40 a 49 años, en la segunda prueba de máxima distancia (110,3 kilómetros), Santiago Soto (17:18:30, a 9:25 por km. 14° en la general absoluta) fue el corredor riograndense que estuvo más cerca de subirse a un podio en el 14° Patagonia Run, disputado la semana pasada en San Martín de los Andes (Neuquén).
La previa
“Estoy refeliz, muy contento, emocionado, no esperaba hacer este tipo de carrera, Tuve una lesión, traté de recuperar lo que más pude, una semana antes del viaje terminé con las sesiones de kinesiología. Le tengo que agradecer a Andrés Quiñones que me consiguió los turnos, Emiliano Moreno me dio una gran mano con el tobillo, también colaboraron el Zurdo Ariel Alfonso, que me prestó la magneto, Vanesa Alonso, que me dio masajes y kinesiología. Con todo eso llegué de la mejor forma posible a la carrera. Fue emocionante, el año pasado hice los 70 kilómetros, por segunda vez, y me quedó gustando hacer las 100 Millas, pero no me podía inscribir, ya que el requisito es haber competido en los 110 kilómetros”.
Puesta a punto
“Se complicó en los últimos meses, dije tengo que estar, como sea, ese era el objetivo. Entrené lo justo y necesario, hubiese querido que fuese más, el año pasado sí pude entrenar más en la montaña, en Ushuaia, con amigos, con Quito (Torres) y Jorge Garrido, fueron de gran ayuda un año atrás, los admiro, lo mismo Norman Aravena, que ya hizo su tercera 100 Millas. A José Soto, que nos acompañó y compitió en los 110,3 km. Gracias a ellos, al grupo de atletismo, a Daniela Bayerque con la que salimos por la mañana muy temprano a hacer fondo. A Edit Haag, hicimos bici, ella no podía trotar mucho”.
La carrera
“Largué muy bien, el reloj se me apagó llegando al Colorado. Cometí una falla, muy común a todos los corredores, te lo dicen en la charla técnica. En la noche no se ve nada, unos 6/7 kilómetros antes de llegar al PAS Maillín, ya no veía nada, y la linterna frontal se estaba apagando, no quería sacar la otra, por miedo a que no fuera a alcanzar la batería, y por ese motivo te descalifican, no podés continuar. Cuando llegué al PAS pude cambiar la linterna, y acelerar un poco más. En lo que es el lago, a eso de los 70/80 kilómetros, lo tuve que hacer caminando más o menos rápido, las piedras me daban un poco de temor, por la situación del tobillo. Pese a todo, no me pasó factura en ningún momento de la carrera. Recuperé, subí al Colorado 2 más enterito, sin mirar qué puesto iba, solamente enfocado en el camino”.
El cierre
“Los últimos 8 kilómetros, después de pasar el Colorado 2, me quedé sin gel y sin sal, me había cambiado rápido en el Bayos 2, ahí dejé la mochila, en un bolsillo tenía la cajita de sales. En el último tramo solamente ingerí agua, ya no me daban las piernas. Veremos qué pasa para 2025, quiero hacer las 100 Millas, está salado en cuanto a la inscripción, ojalá pudiera conseguir algún auspiciante y pagarla antes de mitad de año, después va a subir demasiado, se complica. Pero estamos pensando decididamente en esa, que es la máxima distancia. A mejorar toda la preparación previa, lo que se va aprendiendo, en definitiva, la experiencia”.
Agradecido
“Los agradecimientos son primero para toda mi familia, que estuvo detrás mío en todo momento: mis hijos, mi mamá, mis hermanos que lo hicieron posible. A todo el grupo de danzas del Centro de Antiguos Pobladores, a quienes me dieron una mano con la rifa, a los auspiciantes, Herederos Sport, Everest Cycling, Fuego Bikes, Buenas Pilchas, a Susana Soto por la torta, Alan Cantero, a mi hernana que donó un set de Natura, a Manuel Barrientos, La Capital y Panadería la Fueguina, que me ayudaron a pagar parte de la inscripción; a Loli Löffler, a todos los amigos del pedal y del atletismo que he conocido”.