A lo largo de dos días espectaculares para la navegación, el Club Náutico Ioshlelk Oten pudo finalizar una nueva edición completa del Raid Náutico Internacional de Tierra del Fuego, algo que no se concretaba desde 2019, justo antes de la pandemia, y como hacía tiempo, el mote de Internacional ganó en fuerza gracias a la colaboración desinteresada de la Municipalidad de Timaukel, quien se brindó por completo para que la estadía de los remeros visitantes a Estancia Onamonte, lo pasen de la mejor manera posible.
Desde el primer día de inscripciones para esta edición XXXII, los Amigos del Agua supieron del interés de toda una comuna por apoyar este evento que nació en 1991 y que mucho tuvo que ver los palistas de Porvenir y que por años bajaron en conjunto el río Grande, desde estancia Onamonte a la zona de los dos puentes en esta ciudad, y queriendo que se reflote aquellas aventuras, es que el propio alcalde Luis Barría Andrade, comandó el grupo de apoyo para los remeros presentes.
Fue por ello que el viernes por la noche al llegar a Onamonte, los 31 palistas anotados se encontraron con una bienvenida inusual, dado que el Club no debió llevar nada, ni agua. Todo corrió por cuenta de los anfitriones, y lo mismo sucedió el sábado muy temprano por la mañana antes de zarpar; en una de las casas de la estancia, se le dio a los participantes un desayuno contundente para poder afrontar la primera etapa de esta hermosa aventura.
Zarparon alrededor de las 7:30 y navegaron sin parar hasta el Bosque de Paulino, parada obligada en cada evento y en donde el recordado Paulino, cocinaba unas chuletas para todos los remeros y compartían un lindo momento de camaradería, esta vez fue especial, porque fue la primera vez que pararon sin él, quien nos dejó en pandemia y fue, sin dudas, uno de los socios más queridos de la institución; la emoción invadió a los antiguos remeros en el momento que se plantó una bandera del club en el lugar y se dejó una plaqueta en su memoria, y tras una hora de descanso, volvieron al agua.
Los primeros remeros en arribar a estancia Aurelia lo hicieron alrededor de las 15:00, y una hora más tarde, llegó el bote de cierre de la primera etapa; en el trayecto no hubo inconvenientes y el viento casi que no se hizo presente en los casi cien kilómetros de recorrido que tiene el río, mayoritariamente en territorio chileno.
Ya en el campamento de Puerto de Palos, el descanso, la buena comida y las anécdotas recientes y sobre todo las de años, fueron el centro de atención de todos, sin embargo todos los remeros sabían que el descanso iba a hacer fundamental para encarar el segundo día de travesía.
Y las 6 de la mañana los organizadores fueron carpa por carpa poniendo a todos de pié, debían zarpar muy temprano para ganarle horas de navegación sin tanto viento, y media hora después, el grupo que abrió el río ya estaba en el agua. Y antes de las 7, ya no quedaba ningún remero en pie y el campamento fue desarmado por el grupo de apoyo del club comandado por su propia presidenta, Karina Vásquez.
No pudo ser mejor el segundo día de navegación, poco viento a lo largo de casi todas las horas que estuvieron arriba de los kayaks. Sólo se puso un poco pesado en algunos sectores donde las curvas del río los sorprendía con un poco de viento en contra y el poco caudal que encontraron en esos momentos, pero en líneas generales nada en comparación de otras ediciones históricas.
Tras pasar por estancia María Behety, los primeros remeros en salir en el sector de El Canal fue a las 12:38, y a las 13:02 Germán Sopena, el socio de la institución que le tocó en suerte abrir el río, fue recibido en la vieja toma de agua de El Tropezón, donde el grupo de apoyo y familiares de los remeros, esperaban a los aventureros.
Los encargados de cerrar el Raid llegaron a las 14:05, el infaltable Lucho Gamín acompañado en esta oportunidad por Camellito Morán el remeros de Capitán Bermúdez quien ya es parte de los Amigos del Agua.
En la semana, El Sureño publicará más fotos de la llegada de los palistas a la zona de la estancia María Behety como así también del campamento de Onamonte, como así también palabras de los participantes, sin embargo lo que se quiere volver a destacar es que después de cuatro años, el Raid volvió a hacer lo que fue, camaradería, compañerismo y aventura pura sobre el río más importante de Tierra del Fuego.