#Rugby El rugby profesional celebro su gran regreso a la normalidad en Nueva Zelanda.
(Por La Nación)
Más de 22.000 espectadores. Sin restricciones de distancias de seguridad ni contacto físico. El rugby profesional celebró su gran regreso a la normalidad en Dunedin. Y dentro de ese contexto, Highlanders le ganó a Chiefs por 28 a 27 en el arranque del Super Rugby Aotearoa, la versión neozelandesa del torneo que organiza la Sanzaar, en el primer partido profesional de este deporte en el marco de la pandemia de coronavirus.
En Dunedin los espectadores disfrutaron de volver al estadio de la manera habitual. Nueva Zelanda tiene cinco millones de habitantes y fue puesto como ejemplo de la lucha contra el Covid-19, con sólo 22 muertos. El lunes levantó las últimas restricciones y no tiene casos desde hace tres semanas.
El campeonato Super Rugby Aotearoa será disputado solamente por los cinco equipos neozelandeses y sustituye temporalmente a la competición multinacional. El encuentro inaugural se jugó en el Forsyth Baar Stadium, y la primera fecha se completará mañana a las 0.35 de la Argentina (15.35 de Nueva Zelanda) con Blues ante Hurricanes en el Eden Park de Auckland, quedando libre el actual campeón del Súper Rugby, Crusaders.
En la cancha el espectáculo -apasionante- estuvo asegurado de principio a fin, con una victoria para los Highlanders lograda por el hijo de Warren Gatland, antiguo entrenador de Gales y ahora en el banco del adversario, Waikato Chiefs. A un minuto del final, Bryn Gatland, que había entrado en juego poco antes, logró el drop de la victoria para los locales (28-27).
Los puntos de Highlanders llegaron con tres tries, de Ash Dixon, Marino Mikaele-Tu'u y Sio Tomkinson, dos penales y dos conversiones de Mitch Hunt y el drop de Bryn Gatland. En tanto que para los Chiefs los tries fueron marcados por Sean Wainui y Anton Lienert-Brown, con cuatro penales, una conversión y un drop de Damian McKenzie.
En las últimas semanas muchas competiciones deportivas se fueron reanudando en el mundo, pero la mayoría lo hicieron a puerta cerrada, o con un número limitado de espectadores (la Copa Serbia de fútbol es un ejemplo). Pero ya desde temprano en Dunedin los hinchas fueron llenando el transporte público sin máscaras y sin distancia social camino al estadio. Nueva Zelanda prácticamente erradicó los casos de coronavirus después de un duro aislamiento.
Así, se espera que en todos los partidos de este Super Rugby Aotearoa la concurrencia sea muy grande. A tal punto que para el cruce entre Blues y Hurricanes en el Eden Park de Auckland se vendieron las 50.000 entradas disponibles.
El próximo fin de semana se jugará la segunda jornada. Chiefs recibirá a Blues en Hamilton, el sábado, mientras que el domingo Hurricanes será local en Wellington contra Crusaders. Highlanders tendrá fecha libre y volverá a la acción en la tercera fecha cuando visite a los Blues de Dan Carter y Beauden Barrett.