#Tenis De esta manera se produce el único tenis posible durante el aislamiento social.
(Por La Nación)
Dos compañías tecnológicas son el soporte sobre el que se desliza una mínima acción tenística profesional en medio de la pandemia. Son campeonatos a cuatro games ganados, sin grandes nombres convocantes y parte de una experiencia que es más relevante por cómo se realiza que por su importancia deportiva.
Una cancha del Base Tennis Academy en Höhr-Grenzhausen (Alemania) y otra en Fields Swim & Tennis Club, en las afueras de Atlanta (Estados Unidos) son suficientes para llevar adelante una serie de competiciones de exhibición y con la autorización de la ATP, la WTA y la TIU, la unidad de integridad del tenis. Porque estos mini torneos que se transmiten con cámaras automatizadas, producción y distribución en streaming de los partidos en forma remota y con estadísticas generadas por inteligencia artificial, fueron el único bocado posible para los apostadores que tienen apetito de deporte en carne y hueso en lugar de las simulaciones de los videojuegos.
Repetición de las jugadas generada por inteligencia artificial
Playsight es una compañía israelí que desde 2010 desarrolla un software que permite generar video con cámaras robóticas para la transmisión de partidos y especialmente para el análisis del juego. El sistema se utiliza en 25 deportes diferentes donde se destacan cuatro franquicias de NBA, 70 programas de deporte universitario y la propia USTA, la federación de tenis de Estados Unidos. Novak Djokovic y Pete Sampras han sido inversores de la compañía.
Se trata de siete cámaras multiángulos manejadas de forma remota que utilizan procesamiento de imágenes y algoritmos analíticos para el seguimiento de golpes, trayectoria de la pelota, movimiento del jugador, velocidad de los tiros y efectos. Un sistema de etiquetado permite generar en segundos un clip con, por ejemplo, todos los drives invertidos que haya pegado un jugador en un entrenamiento para ser analizados por su entrenador. Actualmente asi trabaja la número dos del mundo, Simona Halep: sus prácticas en Rumania son seguidas en vivo desde Australia por su coach Darren Cahill a través de la plataforma.
Dustin Brown, uno de los animadores del tenis exhibición transmitido por cámaras automatizadas
La otra pata tecnológica del asunto es Sportradar, compañía suiza de procesamiento de datos. La empresa, entre otros activos en el mundo del deporte, tiene un acuerdo con la ITF iniciado en 2012 y que llega hasta 2021 para capturar y procesar las incidencias de más de 50 mil partidos de tenis por temporada. Sportradar produce los datos oficiales de las competiciones y utiliza la inteligencia artificial en tiempo real no solo para proveer esa información a las casas de apuestas, sino para detectar patrones anómalos en las tendencias de los apostadores. Su misión es producir alarmas cuando el flujo de dinero excede lo esperado para un determinado partido.
La aparición de estas competiciones ocasionales y desarticuladas, con un tenis profesional cancelado por lo menos hasta el 1° de agosto, precisó de una advertencia de la TIU. Aunque se trata de competencias que no son oficiales, los tenistas que intervienen están bajo la cobertura de la ATP en todas sus normas y reglas: "Hasta la fecha, estos eventos han sido organizados de forma privada y no han sido sancionados ni reconocidos por los organismos internacionales de gobierno del tenis. Como tales, no están sujetos a las reglas anticorrupción del deporte. Pero los jugadores profesionales, los funcionarios y el personal de apoyo que participan en ellos y que están registrados en la ATP, WTA e ITF continuarán siendo personas cubiertas por el programa. Esto significa que aún estarán sujetos a las normas anticorrupción. La TIU ha emitido sus guías de orientación a los jugadores a este respecto.", dice parte del comunicado del organismo.
Darren Cahill utiliza el software con Simona Halep
El resultado de esta unión transitoria de empresas tecnológicas son partidos de tenis que se ven en plataformas de streaming, con mínima intervención humana en el lugar para la generación del video y los paquetes estadísticos de los partidos. El usuario puede elegir ángulos y hacer "zoom" con algunas de las cámaras. El sistema automatizado selecciona los puntos más relevantes y produce las repeticiones de las mejores jugadas. La etapa alemana de estas exhibiciones ya se cerró y todavía quedan pendientes algunos partidos en Atlanta. Se espera nuevas experiencias mientras los circuitos todavía tengan su persiana baja.
El consumo de este tenis de distancia social en todo sentido se da por la plataformas pagas de Playsight y Tennis Channel, que ahora también se convirtió en una OTT que llega directamente al consumidor aunque los partidos no están disponibles para la Argentina. La calidad de las transmisiones no difiere mucho del streaming hecho por la propia ATP en torneos challengers, pero aquí con más cámaras y partidos enriquecidos por datos que permiten analizar el juego. Es más interesante toda la producción tecnológica detrás de este tenis por goteo que las prestaciones de los jugadores. Al menos por ahora.