#Futbol Un futbolista turco confesó haber asesinado a su hijo de cinco años, que tenía síntomas de coronavirus.
(Por La Nación)
Once días después de producida la muerte de su hijo Kasim, el futbolista turco Cevher Toktas admitió la causa real: lo había asesinado. "Nunca quise a mi hijo menor, desde su nacimiento. No sé por qué no lo quería. La única razón de haberlo matado fue que no lo quise", alegó ante la policía, a la que advirtió: "No tengo ningún problema mental".
El niño de 5 años fue internado el último 23 de abril en una clínica de la ciudad esteña de Bursa, en Turquía, por síntomas compatibles con el coronavirus. Ese mismo día, Toktas llamó a los médicos a la habitación para decirles que Kasim tenía dificultades para respirar, motivo por el cual el pequeño fue ingresado a cuidados intensivos, donde falleció dos horas más tarde. Por ese motivo, nadie sospechó de las causas de muerte del menor.
Sin embargo, con el paso de los días, Turquía escuchó una confesión que hizo más dramática la historia, revelaron medios europeos: el futbolista admitió su culpabilidad en el delito ante las autoridades. "Puse una almohada en la cabeza de mi hijo, que estaba acostado boca arriba. Apreté durante 15 minutos sin parar. Mi hijo resistió un tiempo. Cuando dejó de moverse, saqué la almohada. Luego, llamé a los médicos para que no sospechasen nada", fue el escalofriante relato del jugador del Deportivo Bursa Yildirim, un club de la liga regional.
La semana pasada, Toktas había publicado en su red social Instagram una foto de otro de sus hijos visitando la tumba en el cementerio y junto a la imagen escribió: "No confíes en el mundo". Luego, borró sus posteos, indicó Buzz Spor.
Cevher, un defensor central de 32 años y 1,90 de altura, adujo que había tenido "una crisis nerviosa en el hospital" cuando lo interrogaron en el Centro de Policía de Kars, una ciudad del noroeste turco. "Mientras estaba sentado en mi casa con mi esposa, pensé en lo que estaba sucediendo y me molestó. Salí de mi casa diciéndole que tenía algo de trabajo y fui directo a la seccional", recreó, según el Daily Sabah, respecto de aquella noche de la confesión el 4 de mayo.
Al margen de lo que dictamine la justicia, el Tribunal Deportivo que rige en Turquía suspendió a Toktas para todo tipo de competición, casi una formalidad para quien ya quedó en prisión. El jugador había llegado a Bursa Yildirim como agente libre en agosto pasado y era uno de los cuatro mayores de 30 años del plantel.
El futbolista será juzgado por homicidio luego de su confesión. De acuerdo con las leyes de su país, Toktas, que llegó a integrar un equipo de la Superliga turca años atrás, podría cumplir como pena máxima la cadena perpetua. El cuerpo del menor será exhumado para una autopsia.