#Futbol Todo indica que se cancelará el resto de la temporada y no habrá descensos por la pandemia.
(Por La Nación)
"Es la economía, estúpido". La frase podría provenir de cualquier dirigente de la liga de primera A, que hasta el 19 de mayo se llamará "Superliga". La pandemia de coronavirus aceleró los tiempos económicos. Los clubes que estaban mal, empeorarán; los que llegaban con lo justo, quedarán en rojo, y los (pocos) que tenían resto, ahora saldrán, como mucho, empatados. Los efectos de la enfermedad en las finanzas del fútbol permanecerán por un par de años. Por eso, el próximo martes, la reunión virtual del comité ejecutivo de AFA se focalizará en los números. Con una extendida idea previa: dar por terminada la temporada 2019/20. En los escritorios, claro.
"No creo que vuelva el fútbol ni siquiera en septiembre", se sinceró ante LA NACION una fuente de AFA que está al tanto de todas estas negociaciones. Finalizar la campaña antes de tiempo, a la manera de, por ejemplo, Holanda, tendrá un efecto colateral inmediato en las finanzas de los clubes: no habrá razón para renegociar los contratos que se terminan el 30 de junio, muchos de ellos importantes y de jugadores de larga trayectoria, como Ignacio Scocco (River) y Lisandro López (Racing).
En otras palabras, la conveniencia económica de la decisión se explica así: los dirigentes ya saben que antes del final teórico de la temporada, que debía ser el 30 de junio, no puede volver el fútbol, entonces, entre retomar, por ejemplo, en agosto para concluir la temporada, y hacerlo en septiembre u octubre pero ya con una nueva temporada, conviene más esto último, porque para esa nueva temporada ya van a poder deshacerse de los contratos que se habrán vencido a mediados de año. En cambio, con la primera opción, debían renegociar esos vínculos contractuales.
Además, al anticipar el final de la 2019/2020 surge la coartada perfecta para suspender los descensos: "No se puede condenar a un equipo al descenso si no se terminó el torneo o si tiene que jugar con otro plantel, porque no corresponde", razonó Nicolás Russo, el presidente de Lanús, ante TyC Sports. Rodolfo D'Onofrio fue por la misma línea: "Si hay fútbol tiene que haber descensos, pero si no vuelve este año no podés mandar al descenso a equipos que no jugaron", dijo el presidente de River en Radio La Red. El club millonario y su clásico rival Boca quieren que haya descensos y están en contra del progresivo aumento de participantes en la máxima categoría, cosa que figura en un proyecto impulsado desde AFA y un ala del Gobierno, que se beneficiaría con el retorno del fútbol a la TV Pública.
Lo cierto es que la anulación de los descensos para esta temporada está resuelta, extraoficialmente, desde que los directivos decidieron volver a AFA y aniquilar la Superliga. Terminar el torneo y que los tres equipos que corresponderían descendieran en la cancha habría supuesto un dolor de cabeza reglamentario. Había clubes que, comprometidos por los promedios, estaban determinados a litigar contra la baja de categoría por entender que habían sido vulnerados los reglamentos cuando se aceptó la apelación de San Lorenzo y Huracán a las sanciones que habían recibido ambos por atraso en el pago a sus jugadores. La pandemia le ahorrará a la Superliga el mal trago judicial.
El panorama del fútbol argentino es tan incierto que hablar de fechas para el retorno es hacer conjeturas sin ningún asidero. Ante esa incertidumbre, cancelar la Copa Superliga -lo que restaba de la temporada- se explica por la economía. Y también por la política. "Superliga" parece ser una mala palabra. "Ya no existe, así que no tiene sentido jugar una copa con ese nombre", dijo Russo. Por lo bajo, otros dirigentes recuerdan el tinte "macrista" de ese nombre. "Tengo la sensación de que nunca se va a terminar de jugar la Copa Superliga", pronosticó, por su parte, D'Onofrio.
Para el caso de que en la reunión del comité ejecutivo del martes hubiere una votación, los clubes de la clase media y la media-baja de la máxima categoría tienen decidido hacer lo que convenga a sus tesorerías. Algunos llegaron con lo justo a pagar los sueldos de marzo, otros acordaron planes de cuotas y hubo quienes recién terminaron de pagar febrero. Todo lo que implique bajar costos será bienvenido. En la semana, el propio Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de AFA, había adelantado que la crisis que se avecinaba en la industria del fútbol sería "muy grande". El cónclave virtual del martes servirá también para saber en qué condiciones están las finanzas de las entidades. Se fortalecerá a los presidentes de los clubes del ascenso para negociar con sus planteles. Y también se hablará de tener en cuenta eventuales topes salariales por categoría, sobre todo ahora que el dinero pasará a ser un bien muy escaso. Más que hasta hace unos meses.
Qué se jugaría en el segundo semestre
El escenario plantea una competencia sin forma ni tiempo definidos para la última mitad del año. Su estructura dependerá de la cantidad de fechas que se pueda desarrollar, porque además Conmebol querrá terminar sus torneos (copas Libertadores y Sudamericana) y AFA tiene también la Copa Argentina. El momento en el que la pelota vuelva a rodar determinará la cantidad de fines de semana que se podrá destinar a una liga que ni siquiera estará a la altura de un torneo de transición: se daría apenas el título de campeón y un solo cupo de clasificación para disputar la Copa Libertadores en 2021, sin descensos.
Las otras plazas para la Libertadores y la Sudamericana de 2021 quedarán determinadas por la tabla general de la temporada 2019/2020. Y entonces habrá otra polémica: ¿se tomará en cuenta la primera fecha de la Copa Superliga, que, evidentemente, quedará inconclusa? En caso afirmativo, ¿qué ocurrirá con los partidos River vs. Atlético Tucumán y Defensa y Justicia vs. Estudiantes de la Plata? En el primero de los casos interviene el Tribunal de Disciplina de AFA; en el segundo, el encuentro debería tener lugar, ya que fue postergado, a principios de marzo.