#Futbol El carbonero se consagro campeón del Torneo Walter Taquia, tras ganarle a Escorpión.
(Por La Opinion Austral)
Con una categórica definición de Diego Jancich, en la tanda de penales, el equipo de Carlos Oliva se quedó con la corona de Río Gallegos ante Escorpión y festejó con una gran cantidad de público que se acercó a la Avenida Asturias. Un comienzo de año de "locos" para Ferro.
¡Dedicado al cielo! En el certamen que homenajeó a un colaborador eterno de la institución, Ferrocarril YCF consiguió la corona del Torneo "Walter Taquía" ante Escorpión FC y desató la emoción de todo el pueblo del Carbonero. En Avenida Asturias, fue a través de la definición desde el punto del penal (4-3) tras la igualdad 0-0 en el tiempo reglamentario.
Desde el inicio, el juego se ausentó en el escenario de Boca RG y la imprecisión fue protagonista. Con algunas aproximaciones, los de Pedro González -defendiendo el título- generaron peligro en el arco de Braian Guiffrey. Para los de Carlos Oliva, el manejo de la posesión se tornó complejo y la asociación de mitad de cancha hacía adelante fue nula. Para colmo, sobre el cierre de la primera etapa, Juan Daldosso se fue expulsado y Ferro se quedó con diez.
En el complemento, la situación no se modificó demasiado: el nerviosismo invadió la escena y se apropió del partido. En ese mar de un duelo mal jugado, el Tricolor tuvo algunas. Román Cárdenas de cabeza a los 23' y Matías Aguilar con un mano a mano desviado en el 36'. Así, con pocas diferencias, ambos conjuntos se abrazaron al empate y hubo penales.
En la tanda de penales, lo mejor estuvo en el cierre cuando el histórico Diego Jancich se hizo cargo de la última ejecución. Con la 22 en la espalda, Jancich definió -con categoría- para el 4-3 y "locura" total del Carbonero.
El equipo de Carlos Oliva jugó más de 45 minutos con un hombre menos tras la roja a Daldosso.
Emoción y lágrimas: con una enorme compañía de su gente, el "team" de Oliva festejó la conquista de un certamen que homenajeó a un eterno colaborador. "Por siempre, Walter", se leyó en una bandera que dibujaba el rostro sonriente del chofer de Ferro. Una sonrisa que se agranda tras la consagración carbonera.