Nuria Trejo y Facundo Carletti se adjudicaron la primera edición de las 3 Horas de Rio Grande en su faceta clásica, con un resultado inédito para este tipo de competencias de regularidad. La diferencia entre ganador y escolta fue de apenas 2 milésimas tras más de 900 vueltas. Creer o reventar.
En centésimas fueron 0,71 y 2,01 para el R12 (Trejo-Carletti). Para el Senda (Austin-Austin) 1,05 y 1,67. La suma es de 2,72 para ambos. El promedio de la dupla ganadora es 1 segundo 358 milésimas y para el segundo 1 segundo 360 milésimas. De este modo, por un tiempo imperceptible, Nuria Trejo y Facundo Carletti ganaron las ‘3 Horas de Río Grande’ a ‘milímetros’ de Héctor Austin y Trevor Austin, en un evento que salió impecable con el cumplimiento de todos los protocolos sanitarios.
El entusiasmo demostrado por los 32 equipos participantes una vez terminada la competencia en el autódromo riograndense dejaron la impresión de alegría y satisfacción con una prueba que llegó para quedarse.
Marcando un punto en el calendario y uniendo el aporte de instituciones como ACRG, APAP y ACTCF, Gastón Carletti encabezó la organización de otro evento para autos clásicos: “El hecho de rememorar viejas competencias, tiene a Tierra del Fuego en la mira de muchos entusiastas que siguen la actividad desde otros lugares. En el 2012 se comenzó con el ‘Gran Premio de la Hermandad Histórico’ uniendo Río Grande con Porvenir”.
“Pudimos después de mucho tiempo y en las condiciones más difíciles llevar adelante una prueba de regularidad con basta trayectoria en el autódromo, implicando a mucha gente que disfrutó de dos jornadas inolvidables”, agregó.
Y adelantó en MZL Deportes Nacional por la 92.1 que “no habrá Gran Premio de la Hermandad Histórico, pero queremos y tenemos ganas de armar los 100k del ‘Corazón de la isla’ en Tolhuin”.
El desafío planteado era que cada equipo informara un tiempo de vuelta el sábado y lo repitiera el domingo en dos series de una hora y media cada una. Sólo tres pilotos habían hecho esto antes. Hablamos de José Ayerbe y el propio Gastón Carletti más el local Daniel Gallo lo que, a priori, los marcaba como posibles candidatos a llevarse la Copa Challenger que estaba en juego.
Completada la primera serie era Facundo Carletti, piloto de rally en actividad, sobre un Renault 12 del año 84 que marcaba todas sus vueltas con 70 centésimas de error promedio. Yanina Oller ubicaba al Renault 18 en el segundo lugar y Héctor Austin subía al último escalón del podio con su VW Senda del año 94.
Por su parte, la segunda serie es ganada por el joven Agustín Alvarado de apenas 18 años sobre el Renault 9, seguido del equipo ushuaiense de Saucedo-Tobares y Trevor Austin iguala lo hecho por su papá dejando al Senda en la tercera posición por delante del Renault 12 de Trejo-Carletti que desciende hasta la sexta posición.
Una vez finalizadas las más de 50 vueltas, se inició el trabajo que consiste en comparar cada vuelta dada versus ese tiempo informado con anterioridad. Sin embargo, la sorpresa copó la escena ya que Trejo-Carletti y Austin-Austin empataron en 1 segundo 36 centésimas sus errores promedios después de tres horas de competencia.
Algo inédito y que hizo pensar a la gente de cronometraje para no apresurar un ganador ni dejar dudas con el procedimiento aplicado hasta ese momento. Usos y costumbres hicieron que se tomaran diferencias en centésimas pensando que con eso era suficiente, repasando las planillas entregadas con los tiempos tomados con sensores se determina aplicar milésimas y realizar las cuentas nuevamente para ese par de equipos ganadores.
A fin de cuentas por sólo 2 milésimas, el Renault 12 se impone al VW Senda. Nuria Trejo y Facundo Carletti se quedan con un trofeo que bien pudo estar en poder de Héctor Austin y Trevor Austin ya que esa diferencia es imperceptible para el humano común.
El podio lo completan otra pareja de pare de hijo, siendo los Alvarado con su Renault 9 los que se suben a un imaginario podio de esta primera edición aventajados por sólo once centésimas respecto del dúo ganador.
“Un evento que llegó para quedarse”
La presidente del Automóvil Club Río Grande, Mónica Cobián Bares, fue contundente: “Este evento va a tener continuidad el año que viene lo que hace que los cronómetros no se detengan para los entusiastas de los autos con más de veinte años en sus entrañas”.
“Fueron momentos maravillosos, la gente se divirtió, la pasó bien y creo que generar un evento en tiempos de pandemia es algo más que importante y poderlo llevar a cabo fue un gran desafío y estamos más que convencidos de que es una carrera que llegó para quedarse”, completó.
“Nunca había andado”
La ganadora Nuria Trejo habló con la prensa: “En pista es mi primer experiencia, nunca había andado, la sensación es increíble, tener que ser regular 32 vueltas es muy difícil, muchos piensan que es una pavada pero la verdad es que es bastante complicado”.
Sobre el R12 aseguró que “el auto es muy bueno, te da muchísima seguridad a la hora de encarar las curvas. La idea de plotear el auto así fue en honor a mi suegro que fue un apasionado al automovilismo”.
En ese sentido agregó que “muchos piensan que la regularidad es carrera para la gente grande, o que es una pavada, pero es más difícil ser regular y andar despacio que andar rápido”.
Consultada sobre la diferencia entre el Gran Premio y las ‘3 Horas’ contrastó que “son diferentes, tanto el GPHH como las 3 horas tienen su encanto, la pista es más entretenida por el hecho que tenés que pasar autos”.
Nuria, quien es hija del reconocido Luís ‘Tachi’ Trejo, viene de una familia fierrera. “Mi Tío Jorge Trejo corrió varios años acá en autódromo y a nivel nacional. Mi cuñado Gastón Carletti que es el inventor de estas carreras de regularidad. Mis hijos (Santino de 14 y Francesco de 11) que desde chicos ya participan en motociclismo. Mi Suegra, ‘Pety’ Carletti es mi navegante en el GPHH. Somos todos una familia tuerca”, contó.
A modo de anécdota, recordó que una vez, “en mi primer GPHH antes de largar le digo a mi suegra si nos perdemos llegamos primeros a Porvenir, sin importar los tiempos. Largamos y cuando llegamos a un cruce le pregunto izquierda o derecha y doblamos para el otro lado, cuando nos damos cuenta doblo y ella apaga el cronometro, así que fuimos a toda velocidad y pasamos a todos no nos importaba más el tiempo solo quería llegar primera a Porvenir en honor a mi suegro”.